Acabo de terminar de leer 72 horas de Juan Manuel Carmona y escribo esta reseña con las lágrimas todavía ahogadas en la garganta mirando a Bruno, lo feliz y tranquilo que duerme agarrado a un cojín como si no hubiera un mañana y completamente ajeno a otras realidades que viven muchos de sus semejantes; lo miro y pienso que él podría haber sido Aarón, el protagonista de 72 horas, de hecho, cualquiera de nuestros perros podría haber sido él de haber caído en las manos equivocadas, y siempre por las nuestras, la de los humanos.
Si buscas un libro para entretenerte y pasar un buen rato, está claro que este no es tu libro, no te lo recomiendo; sin embargo, si buscas mirar de frente a una realidad que nos acompaña en silencio en nuestros pueblos, ciudades, carreteras, caminos… debes leerlo.
Quizás seas alguien que se está planteando comprar un perro; te recomiendo encarecidamente leerlo antes de hacerlo. Igualmente si estás pensando en adoptar, has de leerlo (a veces, una buena acción no garantiza un final feliz).
Si ya tienes perro o has adoptado uno, debes leerlo, porque aunque seas ya consciente de la enorme responsabilidad que tienes para con él, estoy segura de que leer este libro imaginándote que tu perro es Aarón, que es él quien narra esta historia, hará que el amor, admiración y lealtad que sientes hacia él se eleven hasta el infinito y más allá.
Si ya formáis una familia y los más jovencitos no dejan de pedir un perro (muchos en nuestra inconsciencia o ausencia de experiencia lo hemos hecho alguna vez), siéntalos antes a leer este libro, no sólo fomentarás la lectura en un mundo gobernado por las pantallas, sino que les harás entender que ese perro que tanto ansían va a formar parte de la familia sin reservas; no se trata de humanizarlos, se trata de darles su lugar, ni mejor, ni peor, diferente; distinto en el sentido de que es igual de distinto en la familia como el de un hijo, distinto al de un padre, distinto al de una madre, distinto al de un tío, distinto al de un primo, distinto al de un amigo… espacios distintos ocupados por seres distintos, pero que forman un todo inquebrantable.
Si estás en un protectora y crees que estás de vuelta y media de todo (dicho con cariño), léelo, te sentirás identificada/o y aunque sea sólo en una parte muy pequeña reconfortada/o. Sé cuando escribo esto que sólo te reconfortaría ver tu refugio vacío, dejar de leer noticias de gente que maltrata animales, ver que nuestra sociedad recupera el sentido común si es que alguna vez lo tuvo… pero deja al menos que se reconozca tu labor.
Si lo de los perros, aj! esos bichos peludos que babean, sueltan pelos, te suena a chino y esto no va contigo, a ti también te invito a leerlo, porque te va a abrir los ojos a una realidad que desconoces, pero que te afecta, porque al final lo creas o no, todo está conectado y a lo mejor cambia tu visión; no quiere decir que al leer este libro te vayas a tornar en un acérrimo amante de los animales, pero seguro que tu punto de vista cambia, porque todo cambia si la referencia cambia y esta lectura aunque no va a alojar en tu retina la experiencia que se cuenta, si te va a transmitir la sabiduría necesaria, primero para respetar a esos bichos peludos y segundo, para que… sí un día se da el caso y en tu entorno alguien se plantea compartir su vida con un perro, recomendarle este libro, no con el fin de que desista en su idea, sino con el fin de que sea consciente de que es una decisión que hay que meditar.
¿Sabes para qué nos quieren los humanos, cachorro? (…) Algunos nos quieren para que les devolvamos la vida si son mayores; otros, para que juguemos con sus hijos si son pequeños. Unos buscan un compañero para salir a hacer deporte y otros para que cuidemos la casa cuando ellos no estén. Si están solos, nos quieren para que les demos compañía y les obliguemos a salir a la calle, a veces incluso solo nos quieren como excusa para acercarse a otros humanos que tienen perros y hacer amigos, o incluso formar una familia. En mi vida, he conocido muchas razones por las que los humanos nos quieren en sus vidas; unas buenas, otras horribles (…) Y ese es el ser humano, cachorro, egoísta, con sus luces y sus sombras.
https://elpoderdelalectura.com/proyecto-72-horas
¿Y tú, por qué quieres compartir la vida con un perro? ¿Por qué compartes la vida con un perro?
Mi respuesta ideal sería, porque es un privilegio que él me deje formar parte de su vida, pequeña, insignificante y efímera, al igual que la mía, pero una vida, juntos.
PD. 72 horas de Juan Manuel Carmona, de la editorial El Poder de la Lectura, es un libro que pretende ser solidario, parte del dinero generado por la venta del libro va destinado a cubrir los costes (no nos engañemos, todo en esta vida tiene un coste que hay que cubrir inevitablemente) y la otra parte se dona a protectoras, en mi caso, cogí el libro en la Protectora de León; puedes preguntar en tu protectora más cercana a ver si lo tienen, y si no contarles la iniciativa, también puedes acercarte a tu librería habitual y solicitarlo. Tanto para un caso como para el otro toda la información para que puedan distribuirlo está en los siguientes enlaces. Comparte, difunde, pero sobre todo, lee.