Ya empiezan a subir las temperaturas y es cuando más debemos tener cuidado con la picadura de la oruga procesionaria en perros.
Las orugas procesionarias son todo un espectáculo en la primavera, bajan de sus nidos y lo hacen en procesión y así continúan hasta que encuentran un lugar donde enterrarse, hasta que en verano salen de su crisálida convertidas en mariposas.
Este proceso tan bonito de la naturaleza, sin duda puede convertirse en un tremendo susto, ya que cualquiera de nosotros con nuestros hijos o nuestros peludos, podríamos toparnos con este desfile, y ya sabemos lo curiosos que niños y peludos son, así que tenemos que extremar las precauciones en estas fechas y en zonas de pinos.
En el caso de los peludos, el contacto de ellos con una oruga no es baladí. Las orugas tienen unos pelos urticantes con una toxina que al mínimo contacto con nuestro peludo les puede producir un shock tan fuerte que el animal debe ser tratado casi inmediatamente, ya que su vida corre serio peligro.
¿Cuáles son los síntomas para identificar la picadura de la oruga procesionaria?
Normalmente los veterinarios describen el proceso en tres pasos:
El primero es que nuestro peludo se ponga muy ansioso y obsesivo, restregando el hocico en el suelo y frotándoselo con las patas, es un síntoma casi inmediato.
El segundo es la aparición de zonas azules en la piel, la lengua se pone negra e hinchada. Es la cianosis que puede aparecer en menos de una hora desde la picadura de la oruga. Este estadio es ya tremendamente preocupante.
El tercero es el shock anafiláctico, donde aparecen convulsiones, y la vida de nuestro perro pende de un hilo.
¿Qué hacer si una oruga procesionaria pica a mi perro?
No hay ningún remedio de la abuela que nos sirva en estos casos, ante la detección de la picadura de la oruga, debemos acudir con urgencia al veterinario, pues nuestro perro puede perder la vida en menos de 3 ó 4 horas.
Si advertimos la picadura de la procesionaria, podemos lavar la zona afectada con agua templada y sin frotar, porque podríamos partir los pelos y éstos liberarían más toxinas y a continuación acudir al profesional veterinario más cercano para que lo trate inmediatamente.
Este año debido al incremento de las temperaturas ya se han empezado a dar los primeros avisos.
Debemos estar muy atentos en esta época durante los paseos, y no dudar en acudir inmediatamente a un veterinario sólo con la aparición del primer síntoma, y si veis en vuestra ciudad o pueblo nidos de procesionaria, dar aviso al ayuntamiento porque están en la obligación de eliminarlas.