Tenía pendiente leer el libro de un gato callejero llamado Bob porque hace unos meses vi la película y me entró curiosidad por conocer la historia real de James y Bob y lo cierto es que me he encontrado una historia dura y para reflexionar aunque esté narrada de forma ágil, amena y que seguro te enganchará desde el principio.
Foto de la página de fans oficial
Un gato callejero llamado Bob, el libro
James Bowen es un chico jovencísimo que tuvo una adolescencia complicada debido en parte al divorcio de sus padres y el constante ir y venir de mudanzas con su madre. Esta situación y la propia rebeldía de James le llevaron a malvivir en las calles de Londres durante años.
Enganchado a la heroína prácticamente su vida giraba entorno a la mendicidad para conseguir una nueva dosis de droga.
La historia de James da comienzo cuando está inmerso en un programa de metadona. Vive en un piso tutelado y trata por todos los medios de tomar las riendas de su vida. Es en ese momento cuando tropieza con Bob, un gato callejero y malherido que se convertirá en el late motiv de James.
“Cuando el músico callejero James Bowen encontró a un gato pelirrojo herido acurrucado en el descansillo de su piso, no podía imaginar hasta qué punto su vida iba a cambiar.”
James cuidará de Bob y hará todo lo posible por darle lo mejor aún a pesar de su precaria situación. Desde curarle las heridas hasta castrarlo y que nunca le falte de nada, en ocasiones diría que incluso roza un poco la obsesión.
Bob le responderá de forma incondicional convirtiéndose en un bichín inseparable de James. Irá con él a todas partes, en el bus, a tocar en las calles de Londres, a vender la revista The Big Issue, se harán muy conocidos en Londres y en el resto del mundo gracias a los turistas que les grababan vídeos y los subían a YouTube.
Incluso en los días tan duros que tiene que pasar James para dejar de tomar la metadona, Bob será una figura clave en su vida, una luz al final del túnel, una razón por la que luchar y salir adelante.
Foto de la página de fans oficial
Un gato callejero llamado Bob, mi opinión
Sin duda recomiendo leer un gato callejero llamado Bob, creo que James ha sido increíblemente valiente al haber logrado desengancharse de la heroína sobre todo porque lo hace en soledad ya que apenas tiene apoyo de su familia aunque es cierto que en parte es por elección propia y pienso que ha sido un afortunado por tropezar con Bob, un gato muy especial e inteligente que le ha ayudado en todo ese proceso.
Aunque resulta un poco raro, la película me gustó más que el libro, quizá porque la vi antes de leerlo, pero lo cierto es que la historia es distinta. El libro es la historia real y en la pelicula se introducen más elementos dramáticos y se da más protagonismo o menos a otras personas de la vida de James y Bob.
Las mejores frases de un gato callejero llamado Bob
Os dejo las mejores frases de un gato callejero llamado Bob o al menos las que más me han gustado a mí:
“Pero el veterinario no parecía estar interesado en saberlo. Solo le preocupaba redactar sus notas en el ordenador e imprimir la receta. Ambos formábamos parte de la cadena de producción que necesitaba seguir avanzando y dejar paso al siguiente paciente. No era culpa suya; así es el sistema.”
“Nadie parecía estar tan interesado en pararse a charlar como cuando Bob estaba conmigo. Tal vez no me gustara, pero lo aceptaba. Así eran las cosas…”
“Mi vida era mucho más rica con Bob en ella. Era un placer poder disfrutar de una compañía tan estupenda, de un compañero tan agradable. De alguna forma, sentía como si me hubieran dado la oportunidad de volver al buen camino. No es fácil trabajar en las calles. La gente no quiere darte una oportunidad.”
“La gente no quiere escuchar. Lo único que ven es a alguien que piensan quiere aprovecharse de ellos. No entienden que estoy trabajando. Que no estoy mendigando. Que intento ganarme la vida. Solo porque no llevo traje y corbata ni un maletín o un ordenador portátil, solo porque no tengo una nómina ni un P45 , no significa que sea un gorrón. Tener a Bob conmigo me dio la oportunidad de interactuar con la gente. Cuando preguntaban por Bob, yo podía explicar mi situación. Y si preguntaban de dónde lo había sacado, entonces podía contarles cómo nos conocimos y cómo juntos ganábamos el dinero para pagar el alquiler, la comida, las facturas del gas y la electricidad. De este modo, la gente me concedía tiempo suficiente para escucharme. Además, desde un punto de vista psicológico la gente comenzaba a verme con una nueva luz. Había sido alguien inexistente; y ahora volvía a ser de nuevo una persona.”
“A veces, cuando me quedaba dormido, se acercaba y pegaba su cara contra la mía como si me preguntara: «¿Estás bien, amigo? Estoy aquí si me necesitas». En otros momentos simplemente se sentaba a mi lado, ronroneando, frotando la cola contra mí o lamiéndome la cara de cuando en cuando. Mientras yo entraba y salía de un extraño y alucinante universo, él era mi ancla con la realidad.”
“Por lo que a mí respecta, Bob es mi hijo, es mi bebé. Y que usted me pregunte si lo vendo es exactamente lo mismo que si yo le pregunto por cuánto quiere vender a su hijo pequeño.”
“Todo el mundo merece un amigo como Bob. En verdad, he sido muy afortunado por haber encontrado uno…”